Protocolos visuales


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PROTOCOLOS VISUALES, VENTAJAS Y POTENCIALIDADES

Es reconocida la necesidad de relevar información sobre el estado de los cursos de agua en nuestro país, sin embargo, se hace difícil la elección de un enfoque único que proporcione datos suficientes para responder a las preguntas de gestión particulares y que sea factible para el contexto institucional y los recursos disponibles.

Bajo estas condiciones, algunas metodologías básicas que se han comenzado a utilizar se basan en la observación del medio con criterios técnicos que en conjunto refieren a la calidad o salud del ambiente. Dichos criterios se contextualizan en un protocolo de evaluación que contiene un formato y lenguaje sencillo que permite ser utilizado por la población en general: Dichos protocolos se conocen como protocolos de monitoreo visuales. La adaptación de éstos al contexto socio-ambiental de nuestros sistemas busca dar respuesta a estos requisitos, facilitando la participación de los ciudadanos en el proceso de evaluación dado que no requiere de conocimiento técnico-científico de las cañadas.

El uso de esta herramienta nos permite conocer objetivamente la ocurrencia de impactos sobre estos ecosistemas. Además, su uso de forma sistemática representa una guía útil para el desarrollo de proyectos científicos y de restauración, así como la identificación de cambios en el ecosistema a través del tiempo y el desarrollo de planes de gestión y restauración participativa.


Participación ciudadana

La naturaleza compleja y dinámica de los problemas ambientales, en este caso de recursos hídricos, requiere una toma de decisiones flexible y transparente que abarca una diversidad de conocimientos y valores. La necesidad de un abordaje horizontal y transversal sobre las problemáticas asociadas a cursos de aguas hace más efectiva la gestión de los mismos, ayudando a potenciar el sentido de apropiación y responsabilidad, aumentando de esa manera el capital social, diluyendo las posibles fuentes de conflicto.

Dadas las características de este instrumento, su finalidad es generar las condiciones necesarias para integrar a las distintas partes involucradas en las problemáticas en torno a las cañadas urbanas, por lo que otro de los resultados que se busca alcanzar es la participación de la sociedad en instancias donde se ponga en práctica el uso del protocolo visual. La calidad del proceso de toma de decisión depende del diálogo abierto entre todos los agentes sociales implicados con voluntad de participar en la resolución del tema. A su vez, proporciona un medio para profundizar en el entendimiento público de lo que es un impacto negativo en el medio ambiente, en particular sobre las cañadas.

Cómo se usa?

El protocolo visual consta de 11 elementos de análisis claves, elementos del ambiente donde sus diferentes expresiones o variaciones nos pueden indicar cambios en la salud del ambiente. Los elementos incluidos en estos índices en general son: condición del canal, alteración hidrológica, condición del banco lateral, extensión del área riparia, calidad del área riparia, cobertura del dosel, apariencia del agua (color, olor), enriquecimiento de nutrientes, alternancia de ambientes (pozones/correderas), presencia de basura, presencia de efluentes del ganado, entre otros.

Cada variable o elemento a evaluar visualmente en el sistema acuático cuenta con una descripción de las condiciones asociadas a diferentes grados de deterioro con una puntuación correspondiente a cada estado. Valores mayores indican mejor calidad. Al finalizar la evaluación se procede a calcular el valor del índice, que se obtiene calculando el promedio de las puntuaciones de las variables. El índice es una calificación que refleja la condición física del cauce de la cañada y la zona ribereña y por ende la salud del ecosistema. La calificación va de 0 a 2 y puede ubicarse entre las siguientes categorías: baja; regular; alta o muy alta calidad ambiental.

Autor: Franco Teixeira de Mello, Lucía Urtado